domingo, 29 de agosto de 2010

Y abrí los ojos...

Cuando creí que conocía a todo el que me rodeaba, cuando estaba demasiado segura de las personas que predicaban revolución y cambio...

Cuando se persignaba en más de un colega, amigo, hermano, que juraba fidelidad y transparencia, cuando se volvió cansado confiar y me juraron no maltratar mi frágil espíritu...

Cuando menos lo esperaba, cuando estaba menos preparada y con menos fuerza y energía, me dieron la estocada; fría, perfecta, directo al blanco...

Y abrí los ojos... Lo cual no es malo, es más bien necesario, pero sería aún mejor si viniera acompañada de un poco de morfina para calmar el alma y la ansiedad, la sed de venganza y la ira...

Y abrí los ojos, llorosos, cansados, hinchados, adoloridos, desilusionados... Ojos que han llegado a ver tanto, que prefirirían en muchas ocasiones no haber visto y nunca más volver a ver...

Y abrí los ojos nuevamente, fuertes, fríos, secos, confundidos... Ojos verdes, tiernos, ingenuos, inseguros...

Y abrí los ojos de la vida, del alma, de la cara, del corazón...

domingo, 1 de agosto de 2010

El rincón...

Quisiera recordar el rincón en que dejé olvidada en lo absurdo mi esencia de mujer... Donde engabeté sin orgullo mi independencia de mujer... Donde barrí al olvido la frialdad de mi ser...

Quisiera encontrar el último suspiro de resignación, donde no cabía amor ni esperanza, donde no cabían enamoramientos sin sentido que atontan la razón y embrutecen los sentidos....

Quisiera correr a un nuevo rincón, donde nadie me encuentre, donde esté muy lejos de cualquier manifestación de testosterona que se quiera acercar a marcar territorio... Porque una vez pude olvidar mi esencia de mujer, mi independencia, mi libertad... Pero nunca más volverá a pasar, no pienso vender mi rincón al mejor postor.. Porque este nuevo rincón será mío, oculto, secreto, seco y frío...